Hay veces en que el amor nos ciega completamente y somos incapaces de ver que la persona a la que queremos no vale nada. Hay chicos que no te merecen.
viernes, 22 de julio de 2011
Las caricias nunca habían sido tan necesarias. La vida no podía haber sido más difícil, hasta que yo me encargué de complicarla. Porque no soy fácil, aunque me considero bastante sencilla... Los días de este invierno son raros, falta amor, falta compañía, faltas tú. Pero sobrevivo como puedo, a base de sobredosis de recuerdos, y buenos momentos. Aunque luego todo eso...me pasa factura en las noches más frías, cuando estoy sola. Completamente sola... La agonía y la indecisión llaman a mi puerta continuamente. Añoro el pasado, es cierto, más que nada en la vida. Y tengo más ganas todavía de poder elegir la vida que siempre he querido. De dar el paso. De saber decidir... De elegir bien. (Y no arrepentirme). Cometo el error todos los días de dejarme llevar por la rutina, de obedecer al deber, de dejar atrás, más atrás cada día, aquello que tengo guardado en las paredes de mi tripa y me produce cosquillas. Porque a veces me siento un poco robot, en un lugar que no es el mío... Echo de menos mi vida hace dos años, y espero con ganas la que me está esperando para dentro de dos años. Pero ¿y el presente?, ¿dónde lo tengo? .Creo que se pierde entre los días que van pasando, cada vez más deprisa, y sin compasión. No me deja oportunidad de volver. Yo no mando en el tiempo, el corre y se va, me hace madurar, crece conmigo, y me aleja de lo que siempre he querido, y me pone pruebas y pruebas, y la vida se hace difícil... Todavía me pregunto si algún día volveré a tener esa ilusión, y ese escudo que hacía que nada fuera lo demasiado fuerte como para hacerme daño. Estaba completa, feliz, y enamorada. Yo desprendía amor por cada poro de mi cuerpo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario